Te das cuenta demasiado tarde de que el tiempo pasa
demasiado rápido, incluso te pasas la vida añorando aquello que no hiciste, y
cuestionando un infinito que al final te das cuenta que es más finito de lo que
esperabas.
La sensación de “la lata de pate”, es como he diagnosticado
este síndrome de lloriqueo sin lagrima.
Cuando abres una lata de pate, para un
bocadillo, lo primero que piensas en la cantidad desorbitada que dispones de esta crema grasienta para un bocadillo
que, a priori, tampoco lo querías tan grande, pero el gozo, de que más vale que
sobre, es suprema, terminas tu bocadillo, y ahí se queda la lata, con pate, la
guardas, y cuando vuelves en unos días a echar mano, dos opciones: una, esta
florido, no puedes utilizarlo y tu gozo en un poco, dos, no
tienes sufriente para el bocadillo, ya
que recuerdas que la otra vez sobro, y ahora utilizas mas pan, pero en realidad
dejaste nada para el siguiente… no esperes para añorar el pasado, si tienes la
ventaja del presente y la espera del futuro.
Fdo. Un hígado.
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